4.12.09

Irving Penn




Irving Penn, el fotógrafo que revolucionó la iconografía de la moda a mediados del siglo XX, falleció el pasado mes de octubre, a los 92 años.

Si por algo destaca Penn es por haber cambiado el mundo de la moda, uniendo arte con publicidad, vanguardia con sentido comercial, hasta el punto de haber servido de inspiración para otros fotógrafos.

Irving Penn transformó la fotografía de moda con vanguardistas enfoques, sencillez, un uso agresivo del contraste en el blanco y negro, y el tratamiento de los retratados como objetos. Por sus colaboraciones con Vogue comenzó a vincular el mundo del arte con la moda. mucho antes de que la mencionada cabecera se convirtiera en la referencia indiscutible que es hoy.


Su primera portada para Vogue fue en octubre de 1943, cuando aquella revista todavía no tenía la costumbre de llevar a famosos a su primera plana. Irving Penn resumió su estilo con una frase, que pronunció cuando abrió su propio estudio de fotografía en 1953: "Fotografiar un pastel también puede ser arte". La sencillez del "menos es más".


En su madurez dejó de lado el surrealismo que era tendencia en la fotografía de moda hasta 1940, para dar paso a imágenes que impactaban por su sencillez.




Realizó trabajos en Latinoamérica y África, en los que se le ha criticado por mostrar a la persona descontextualizada. Con su estudio portátil, se dedicó a fotografiar nativos, tratándolos como si fueran modelos. La crítica argumentaba que estas imágenes se presentaban carentes de conciencia social, lejos de lo que podríamos pensar hoy en día.

Según dijo Irving Penn en una entrevista al New York Times en 1991: "La gente a la que fotografié no era primitiva. La gente primitiva vive en Nueva York".

Sus obras se exhiben en los principales museos del mundo, como el MoMA y el Metropolitan de Nueva York, el Moderna Museet de Estocolmo, la National Gallery de Washington y el Art Institute de Chicago.

Trabajó para Vogue hasta el final de sus días. En uno de sus últimos trabajos, una foto para Christian Lacroix en abril de 2008, volvió al estilo que le hizo famoso: una modelo posando, con los ojos cerrados, sobre un fondo de papel blanco, arte en su sencillez.



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